Erik Everhard y Vince actúan como jefes de la mafia contrabandista y se encuentran discutiendo operaciones comerciales. A la escena se les une la diosa asiática Polly Pons, que trabaja junto a ellos en la organización criminal.
Como el ambiente está caldeado por el estrés que les genera a todos las actividades a las que se dedican, los dos sementales consideran que una buena follada les vendría muy bien, así que empujan a Polly sobre una mesa de billar ubicada justo al lado de su lugar de reunión. Ella comprende que lo mejor es relajarse y disfrutar de un buen par de vergas dentro de su cuerpo.
La responsabilidad de tomar las riendas se intercambia, ella comienza sumisa, pero después se empodera y agarra en su boca la verga de Vince, mientras Erik empuja con fuerza en su culo.
Vince no se queda atrás y se la monta, mientras intercambian entre ano y vagina, o de cuando en cuando acuden a la boca de la asiática para recibir una buena y profunda mamada ensalivada. Polly no aguanta y se viene y se dispone a recibir una buena carga de semen de ese par de jefes que han sabido complacerla.