El novio de la bella y joven diosa Braylin Bailey está poniendo problema en su relación, evita cualquier contacto o insinuación. La situación empeora cuando ella logra pillarlo con otra mujer, así que debe buscar venganza y claro, satisfacción sexual.
Para fortuna de esta rubia de oro, su vecino, el semental Anton Harden, está más que dispuesto a consolarla y satisfacela. Ella le propone que le deje ver la verga y claro, al observar el gran tamaño de carne, no deja de exaltarse por tanto que tiene por comerse.
Se pone de rodillas y comienza a meter una a una cada pulgada de verga en su boca y después de una ensalivada mamada, Braylin ya necesita esa verga entera en su cuerpo. Anton obedece y la bombea sin cesar, y tras una gran culeada, le descarga una buena dosis de leche en las nalgas, a lo que la mujer agradece con gran satisfacción.
