Era el año 2009 y Bobbi Starr estaba en pleno furor de su carrera en el porno y como parte de su extenso y dominante trabajo. En esa época recibió una oferta del productor carioca Jazz Duro, para rodar una película en un país que también estaba en ascendencia en la industria: Brasil.
Había demostrado su gran capacidad y atributos en todo tipo de escenas, en las que destacan sus impresionantes escenas de mamadas, dobles penetraciones, bondage, sumisión y gangbang. Se había atrevido a todo, y como ella misma lo relata a diferentes medios, cuando afirma que “se considera una feminista pro sexo, lo que significa que cree que las mujeres deben hacer lo que quieran, sin importarles los juicios de los demás“, por lo tanto, el despliegue de su trabajo es un manifiesto y testimonio de esa premisa, completamente coherente y leal a sus principios.
En este portal la vimos junto a Dana DeArmond, en una jornada de trabajo con más de diez inquietos caballeros que se comportaron a la altura de este par de mujeres, provocando todo tipo de placeres colectivos.
Así que en su viaje a Río de Janeiro no se esperaba algo menor a lo que ya había demostrado. Fue la protagonista de una película de más de hora y media en la que la podemos ver en diferentes roles, desde la típica turista que es recibida en el aeropuerto y visita los lugares más emblemáticos de la ciudad, pasando por aprovechar un clima que propicia el desprendimiento de la ropa y que finalmente le permite entregarse a diferentes encuentros sexuales con sus anfitriones. De esta película compuesta por tres escenas, destacan sus felaciones prominentes y la entrega anal que tanto caracterizan a Bobbi.